Shigai no Mori, es en un pequeño grupo de altos árboles y cañas de bambú situado en el centro de una gran planicie, en donde se extienden campos de arroz. Se trata de un bosque muy pequeño, que probablemente incluso sea molesto para los agricultores de la zona, pero que no pueden cortarlo por las consecuencias que ello tendría. Dice esta leyenda urbana que el bosque se encuentra en Omihachiman, una ciudad localizada en la Prefectura de Shiga.
Según cuentan los habitantes del lugar, especialmente aquellos con una cierta edad, el bosque no se puede cortar pues está afectado por una maldición devastadora. Esta maldición, similar por ejemplo a otras como las de los faraones del antiguo Egipto, perjudicará a cualquiera que intente cortar el bosque. Generalmente los osados que intenten cortarlo, aunque sólo sea una caña de bambú en sus terrenos, morirán con el tiempo por extraños accidentes. Serán todos variados y, en su mayoría, terribles, pero finalmente los atrevidos morirán.
Existen varios orígenes de esta leyenda, al menos de por qué el bosque referido está maldito. Ninguna de estas historias está probada, como suele suceder en las leyendas urbanas. Una de las versiones explica que el área en la que se sitúa el bosque, en la antigüedad pertenecía a una institución penal. Este centro se caracterizaba por sus terribles castigos y su crueldad, llegando incluso a producirse la muerte de algunas personas.
Otra versión de la leyenda indica que todo se debe a las guerras entre nobles. Las criadas del Castillo Azuchi, que estaba situado en las cercanías del lugar, fueron arrastradas a estos terrenos y asesinadas. Ahora pagan su venganza con cualquiera que destruya este lugar sagrado en donde descansan sus almas. Las criadas fueron ejecutadas tras descubrirse que habían apoyado en secreto a Nobunaga Oda, un señor rival de su gobernante.
La tercera de las historias nos cuenta la ejecución de sacerdotes. Tras un desacuerdo en el Castillo Azuchi, los sacerdotes se vieron obligados a seleccionar un nuevo señor, quién orientaría al resto sobre las creencias que seguir. No todos estaban de acuerdo, y un pequeño grupo de sacerdotes conspiraron en secreto para apoyar a varios señores rivales, siendo acusados de sabotaje y traición. Al ser descubierto, sus captores no dudaron en llevarlos hasta el Shikai no Mori para decapitarlos.
Con el fin de complacer a los espíritus que moran en el bosque, los lugareños han construido dos santuarios dentro de las tierras del bosque, con el objetivo de apaciguar la sed de sangre del mismo. El bosque, al margen de la leyenda, está considerado como uno de los lugares más espirituales en Japón.
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