Para entender esta leyenda debes saber que los tanuki (mapaches) en Japón son seres mágicos capaces de transformarse en cualquier cosa o persona... y son muy agradecidos. La leyenda que vamos a contar es conocida en Japón como Bunbuku Chagama la felicidad burbujea como una tetera rebosante.
Como cada día Jinbei, el chataterro, volvía a casa cargando su carro lleno hasta arriba de lo que había conseguido durante todo el día en la ciudad. A pesar de su cansancio, no se lo pensó y fue corriendo a socorrer a una niña que estaba siendo perseguida e insultada por un grupo de chicos. Jinbei haciendo aspavientos empezó a gritar que la dejaran en paz y el grupo salió huyendo.
Cuando se dió la vuelta para ver cómo se encontraba la chica, sorpresa, no estaba, era como si se hubiera volatilizado. Extrañado emprendío su marcha. Al pasar delante del templo budista, saludo como de costumbre al sacerdote y éste le comentó que si encontraba alguna tetera bonita se la compraría a buen precio.
Al llegar a su humilde casa, Jinbei empezó a clasificar toda la chatarra encontrada y derrepente se topó con una preciosa tetera que no recordaba haber recogido nunca, pero que era perfecta para el sacerdote.
De camino al templo empezó a oir una voz que salía de la tetera, curioso se lo acercó a la cara para observar mejor y pudo escuchar que la tetera le decía con claridad: "Soy la chica a la que has salvado hoy, déjame que te devuelva el favor". Entonces se dió cuenta de que era un mapache que primero había tomado forma de chica y ahora de tetera.
Siendo pobre y teniendo en cuenta la bondad del mapache no dudó en que fuera a salir nada mal vendiéndosela al sacerdote sin contarle la verdad. Pero al volver a su hogar, empezó a tener remordimientos y a preocuparse por la situación del mapache.
Mientras tanto el sacerdote emocionado quiso estrenar la tetera y la puso al fuego para hervir el agua. El mapache hizo todo lo posible por aguantar y comportarse como una tetera, pero no lo logro y sacó sus patas para librarse de las llamas y medio tranformado salió despavorido de vuelta a casa del chatarrero.
El sacerdote del susto se cayó al suelo dañándose la espalda y medio cojeando fue a pedir explicaciones. Jinbei asumió su responsabilidad y le devolvió el dinero además de un extra para cubrir los gastos médicos.
El mapache se disculpó y se echó la culpa de todo, pero el chatarrero le dijo que no tenía importancia pues su intención era buena y que ahora lo que debía hacer era curarse las quemaduras y descansar.
A la mañana siguiente el mapache recuperado de sus heridas le preguntó qué podía hacer para remendar los hechos y a Jinbei se le ocurrió que podrían trabajar juntos montando un espectáculo en la calle del mapache-tetera bailando y haciendo malabares mientras él tocaba instrumentos. Tuvo tanto éxito "la tetera danzante" que fueron de pueblo en pueblo hasta hacerse ricos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario