A todos mis
amigos.
Soy poco para
escribir sobre cosas que me suceden, pero quiero compartir mi vivencia con
todos ustedes, luego les dejo que saquen sus propias conclusiones.
El día de ayer Domingo
tuve una crisis de un dolor abdominal muy agudo que me obligo a ir al hospital
ya que según mis antecedentes previos (ya tuve una pancreatitis que casi me
mando a la tumba ya hace muchos años) podía representar un peligro serio. Fui
al Hospital Zacamil con un dolor insoportable luego de tres horas de esperar en
emergencia fui atendido, pero como todo buen observador que soy no puedo hacer
ojo cerrado a lo que pude ver y que ahora se los escribo no como critica sino
como una denuncia ya que yo entendía que se llama Sistema de Salud Publica el
que tenemos en El Salvador pero lo quiero rebautizar con un nuevo nombre:
“Sistema de Exterminio Humano”. En las
tres horas que estuve en agonía pude darme cuenta el trato que recibían otras
personas que como yo no estaban porque quisieran estar en un hospital
vacacionando sino con enfermedades y dolores fuertes. Vi macheteados,
apuñalados, gente caída, quebrados, golpeados y muchos pero muchos ancianos, el
que más recuerdo fue uno que se le había destrabado la sonda de orina, había
llegado el “solo”, 92 años casi a rastras. El doctor que era algo así como el
jefe de capataces porque es lo que más se asemeja según lo que observe, un tipo
joven de 25 años, malencarado, y le dice en un tono serio casi regañando al anciano
(que por cierto olía a orines): -Y porque viene? Le dice el anciano –Disculpe
doctor se me ha zafado la sonda de orina. Contesta el medico en tono altanero
–Ya le dije que esto es emergencia vaya a la unidad de salud. El anciano lo ve
con ojos de misericordia y el le dice –Ya veremos quién se lo cambia pero va a
tener que esperar.
Y esto solo fue
una pequeña muestra de todo lo que vi en las seis horas siguientes que pase en
el centro de exterminio humano. Y no crean que yo me salve del trato, me trataron
igual de pedantes y con ínfulas de sabelotodo, habían veces que solo por el
dolor que tenía no le decía al Doctor mire lo espero afuera para que nos
reventemos el alma a golpes, pero mi dolor era muy fuerte que ni ánimos de
pelear tenía. El colmo fue que me pusieron
un suero intravenoso y le pregunto a la enfermera: -mire y eso porque me
lo pone sino se todavía que tengo, ella me contesta –En el papel dice que hay
que ponérselo y se lo voy a poner. Cuando tenía cinco minutos con el suero el
doctor me llamo y dijo: Mire venga mañana para sacer cita con un especialista
urólogo para que el le diga que exámenes hacerse, si tiene una crisis más
fuerte regrese. Y le dije –Y este suero
que hago con el? Me contesta: que se lo quiten que no era necesario.
Al final estuve
allí en ese infierno humano, donde las almas que estábamos en agonía servíamos
de alimento a las huestes infernales y sus capataces en la tierra. Es algo que
no olvidare en mucho tiempo.
Amigos solo somos
seres humanos que queremos que nos traten como seres humanos, solo queremos
gente con vocación y como decía un gran escritor, los humanos hacemos de la
Tierra un cielo o un infierno. No sé si al final me curare de mi mal, pero del
dolor de mi alma de todo lo que vì en ese lugar creo que tardare mucho en
curarme.
Gracias amigos
por haber leído hasta el final esta anécdota y trate por todos los medios de no
enfermarse para no ir a parar a esos lugares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario