Quitarse los zapatos en Japón a la hora de entrar en casa, en el instituto, en algunos templos, restaurantes de estilo tradicional y ryokan, etc. es una de las costumbres más arraigadas y conocidas en Occidente.
En todas las casas japonesas, sin excepción, uno tiene que quitarse los zapatos en la entrada y entrar o bien descalzo (con o sin calcetines) o bien con unas zapatillas de estar por casa específicas (todas las casas suelen contar con zapatillas para invitados). Entrar en una casa japonesa o en otros lugares donde se indica claramente que debemos quitarnos los zapatos sin descalzarnos es una falta de respeto gravísima.
La entrada de la casa japonesa: el genkan
Al entrar en una casa japonesa lo primero que nos encontramos es un pequeño recibidor llamado genkan (玄関) cuyo suelo no es ni de tatami ni de parquet, sino de materiales fáciles de limpiar como el gres o piedra.
El genkan está un escalón por debajo del resto de la casa y es justo ahí donde nos quitamos y guardamos los zapatos.
Muchas casas tienen un pequeño armario para guardar los zapatos, pero si vamos como invitados, lo normal es que una vez hayamos subido el escalón, giremos los zapatos y los dejemos bien puestos en el genkan, es decir, mirando hacia la puerta, para que ya estén colocados cuando vayamos a salir y quede la entrada ordenada.
Mucha gente se sienta en el escalón para ponerse o quitarse los zapatos, no es de mala educación hacerlo (a veces es incluso necesario, por ejemplo si llevamos unas botas altas o unos zapatos con cordones), así que podéis hacerlo con total libertad.
Las zapatillas surippa
Para estar por casa podemos ir descalzos (con o sin calcetines), aunque lo común es utilizar unas zapatillas de estar por casa llamadas surippa (スリッパ), que viene del inglés slipper. Muchas casas suelen tener varios pares de surippa para invitados aunque éstas suelen ser todas del mismo tamaño (o básicamente dos tamaños, para chicos y para chicas).
Al entrar al baño encontraremos unas zapatillas especiales llamadas toire surippa (トイレスリッパ). Así, tendremos que dejar nuestras zapatillas de estar por casa fuera y entrar en el baño con las zapatillas exclusivas del baño. Si vamos descalzos por la casa, tampoco podremos entrar al baño descalzos, debemos ponernos las zapatillas específicas. Esto es porque el baño es una zona más “sucia” y así se controla que la posible suciedad del baño no salga al resto de la casa.
Eso sí, al salir del baño, recordad dejar las zapatillas del baño dentro del baño y listas para la siguiente persona que deba utilizarlo y calzaros de nuevo vuestras surippa de andar por casa.
Esto ocurre en los baños de todas las casas japonesas así como en muchos servicios públicos también (aunque en las grandes ciudades cada vez menos).
En el colegio e instituto
Si leéis manga o veis dorama, habréis visto que en la entrada de los colegios e institutos también hay un gran genkan donde los estudiantes se quitan sus zapatos, los dejan en unas taquillas individuales y se ponen unas zapatillas especiales llamadas uwabaki (上履き), que son de goma flexible y sujetan bien el pie. Está claro que las surippa no aguantarían el movimiento de los niños y adolescentes corriendo de aquí para allá, así que por esa razón se utilizan estas uwabaki en vez de las surippa que se utilizan en casa.
Las uwabaki suelen ser blancas e iguales para todos los estudiantes de la escuela, aunque a veces pueden tener alguna marca de color dependiendo del curso del estudiante. Al ser individuales y exclusivas de cada alumno, tienen diferentes tamaños (como un zapato normal, vamos).
Las uwabaki sólo se utilizan para ir por dentro de la escuela con lo que los suelos de los pasillos y las clases suelen estar muy limpios.
Esta costumbre dura desde los primeros años de escuela hasta la universidad, donde los estudiantes ya no deben quitarse los zapatos para ir a clase.
En academias y oficinas
En la gran mayoría de oficinas, tanto del sector público como del sector privado, así como en muchas academias, es común quitarse los zapatos también al entrar y trabajar con unas zapatillas surippa.
Depende del caso, las surippa serán genéricas o individuales. Por ejemplo, en muchas academias de japonés encontraréis al entrar unas estanterías a modo de taquilla llenas de surippa para todos los estudiantes.
En muchas oficinas, sin embargo, es común que cada trabajador tenga sus surippa individuales, que guardará en su taquilla y se pondrá al llegar a la oficina. Así, es curioso ver a los hombres con traje y corbata y a las mujeres con falda y chaqueta, todo elegantes, pero luego calzando zapatillas de andar por casa.
En restaurantes, ryokan y onsen
En muchos restaurantes de estilo tradicional, es decir, restaurantes con suelo de tatami debemos quitarnos los zapatos al entrar, al igual que hacemos en casa.
Estos restaurantes también tienen un gran genkan en el que encontraremos unas grandes estanterías donde dejar nuestros zapatos. En muchas ocasiones, nos pondremos unas surippa tan sólo para andar por los pasillos hasta llegar a nuestra sala o mesa, donde nos quitaremos las zapatillas, las dejaremos enfrente de la puerta y entraremos a la sala de tatami descalzos.
Exactamente lo mismo aplica a la gran mayoría de ryokan, que son hostales de estilo tradicional con suelos de tatami y en onsen o baños termales, que dispongan también de salas para comer u hospedarse.
En los templos
Es frecuente que en muchos templos, a la hora de entrar al recinto interior, debamos quitarnos los zapatos. En muchas ocasiones podemos dejar los zapatos en la entrada, aunque en algunos templos lo normal es coger una bolsa de plástico que te ofrecen en la entrada y guardar los zapatos ahí (especialmente si se sale por una puerta diferente).
Muchos templos tienen surippa para sus visitantes, aunque es frecuente ir simplemente descalzo.
Y todo esto… ¿por qué?
Pues la razón es básicamente higiénica. Al quitarnos los zapatos no permitimos que la suciedad que se ha ido acumulando en las suelas de nuestros zapatos entre en la casa o en el recinto en el que vamos a estar.
En su origen, además, las casas japonesas tenían el suelo de tatami y no de parquet como es habitual hoy en día, con lo cual era mucho más difícil de limpiar. Con la modernización de las casas y los suelos la costumbre no se perdió y hoy en día sigue muy arraigada.
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