La isla es una de las muchas islas del mar Interior de Seto y es donde se localiza el monte más elevado de la región, el monte Misen (530m).
Debido a la costumbre sintoísta de adoración de las montañas el lugar fue considerado sagrado y como tal prohibido a la presencia humana, desde tiempos remotos.
La principal atracción de la isla es el santuario sintoista de Itsukushima construido sobre el agua para venerar a la deidad del mar. Se considera que fue fundado en el año 593, pero su existencia solo está confirmada a partir del 811.
Los edificios principales del Santuario fueron destruidos por un incendio en 1207, durante el Período Kamakura.
Fueron reconstruidos ocho años después, para sufrir una nueva destrucción por el fuego en 1223. Nuevamente fueron reconstruidos en 1241, de esta fecha son las edificaciones que encontramos actualmente en el Templo.
Dado que el templo se construyó sobre el mar, sufrió frecuentes daños a lo largo de los tiempos, especialmente el gran Torii, que sufrió múltiples reconstrucciones.
También fueron añadidos nuevos edificios: el Gojûnotô (la pagoda de los cinco niveles) en 1407, el Tahôtô (la pagoda de los dos niveles) en 1523 y varios Honden(edificios con altares a diversos kamis).
En el Santuario Itsukushima, los edificios principales son el Honden (edificio principal y santuario), el Haiden (oratorio) y el Heiden (edificio de las ofrendas) alineados con el gran Torii. Enfrente está el Hirabutai (plataforma ceremonial), donde tienen lugar las danzas cerimoniales Kagura. Del Hirabutai parten dos corredores para el este y para el oeste, que se unen a los edificios secundarios del templo.
El templo esta rodeado de varias calles llenos de tiendas de recuerdos y de sitios para comer, sobre todo ostras a la plancha.
Además durante el camino desde el puerto al templo os acompañarán ciervos que viven libremente en la isla y no tienen miedo de acercarse a los turistas en busca de comida.
Existen muchos santuarios sintoísta en Japón pero el Santuario Itsukushima es universalmente reconocido como uno de los más bellos y bien conservados, constituye el mejor ejemplo de arquitectura tradicional y valiosa técnica artística, integrado en un paisaje natural extraordinario.
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