El nurarihyon es un yōkai originario del tiempo de Wakayama. Se dice que toma la forma de un hombre anciano con un cráneo grande y alargado. Tiene la costumbre de entrar en las casas de la gente a media tarde, mientras todos están atareados, y se acomoda en el salón mientras bebe algo de té. Su principal cualidad es su naturaleza escurridiza, que le ayuda no sólo a pasar desapercibido entre los habitantes de las casas, sino también a escapar fácilmente de aquellos que le descubren y que intentan echarlo de su hogar.
Debido a su apariencia humana y a que llega montado en un palanquín, todos los que lo ven entrar lo toman por el propietario de la casa y nunca sospechan nada, pero a pesar de su pobre aspecto y su comportamiento oportunista, se dice que es nada menos que el comandante supremo de los yōkai. Esta poderosa identidad se ve reforzada por la obra de varios autores del siglo XX, que han aumentado la percepción de este curioso personaje y también las historias que se cuentan sobre él. En estas últimas representaciones, se indica que aparece sobre todo en Año Nuevo, cuando las familias están más atareadas y hay menos posibilidades de que perciban su presencia.
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