Imagina que tú y un amigo van
de noche por una de las montañas de la isla de Japón, la oscuridad les rodea
enormes árboles de rostros informes y ramas nevadas se levantan ante ustedes,
han perdido el camino muchos kilómetros atrás, el mapa ya no sirve, empiezan a
sentirte aterrados y con mucho frío.
Entonces
la ven, es una figura borrosa entre los copos que caen a toda velocidad, parece
ser una mujer que se mueve cerca de una formación rocosa, ambos se mueven tan a
prisa como pueden mientras a cada paso sienten sus pies engarrotados que se
hunden en el suelo cubierto de nieve.
Se
acercan a ella, sabes que es tal vez su ultima oportunidad, esta de espaldas a
ustedes a la entrada de una cueva entonces voltea y en ese instante saben que
han cometido un error la terrible criatura salta sobre tu amigo y de un solo
tajo arranca su cabeza, tú caes de espaldas y ruedas por el suelo.
Despiertas
al otro día por la mañana, te preguntas si todo fue un sueño pero entonces ves
que la delicada capa blanca esta cubierto de rojo y la cabeza de tu amigo, lo
único que quedo de su cuerpo te mira desde el suelo como un horrible
recordatorio de tu encuentro con Yamamba.
Cuentan que este ser no es más
que un alma atormentada fruto de los abandonos de ancianos que se sucedieron en Japón en épocas de hambruna. Otros
aseguran que es un viejo demonio de la mitología japonesa que habita en el fondo de las
montañas.
Es capaz de cambiar su aspecto
dependiendo del momento, un arma que le confiere poder a la hora de atraer a
sus víctimas. Pero su verdadero rostro es nauseabundo, una mujer demacrada y
marchita con cabellos muy largos. Muchas veces se representa con una boca
enorme que le cubre toda la cara, otras con una boca en la parte posterior de
la cabeza capaz de tragarse a una persona en un instante.
Podrá por tanto atraer a sus
víctimas con un aspecto atractivo, incluso convirtiéndose en la persona amada,
o por el contrario podrá aparecer de repente sorprendiendo a las personas que
deambulan por su morada y alimentándose de ellas.
Se dice también que es una experta en la
elaboración de pociones y venenos, una bruja en toda regla que también podrá
negociar con los humanos en un momento de desesperación. Accederá a dejarnos
con vida o quizá realizar una poción mágica para nosotros, si somos capaces de
traer una o varias víctimas de sustitución.
Aunque este cambio no está totalmente asegurado,
todo dependerá del humor de Yamamba en ese preciso momento. Hay quien sostiene
que precisamente ese humor variable es el que muchas veces hace que este ser
efectúe acciones bondadosas en vez de atacar a los visitantes.
La presencia de esta leyenda en Japón es tal que
en los años 90 se tomó el nombre del espantoso ser para dar nombre a una moda
incipiente entre los jóvenes japoneses. Las yamamba son jóvenes que utilizan un
maquillaje bastante extravagante. Se trata de chicas con un bronceado extremo
en su piel que aplican un color blanco alrededor de sus ojos y labios (como si
se tratara de una máscara). Además también se decoloran el cabello para
alcanzar un rubio platino.
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