“ El sueño, esa
siniestra aventura de todas nuestras noches, debemos decir que todos nos vamos a la cama diariamente con una audacia que
sería incomprensible si no supiéramos que es el resultado de la ignorancia del
peligro. ”
Los baku (comedores de sueños) son seres de
la mitología
japonesa, generalmente descritos como quimeras, con la
cabeza de un elefante, el cuerpo de un caballo ,la cola de una vaca y las piernas y los
pies de un tigre. Alternativamente, estas criaturas
pueden parecerse mucho a cerdos y su color varia
desde negro a rosa.
El baku es muy famoso por su habilidad de devorar sueños, y puede ser utilizado
por personas en el medio de pesadillas siniestras, después de lo cual la
criatura consumirá la visión y la fortuna mala que lo contiene. Cuando alguien
tiene una pesadilla, puede hablarle aBaku dentro del sueño y
él la devorará. A la noche siguiente solo hallarán buenos y reconfortantes
sueños. Pero además de que es dicho también cazar los espíritus de la
enfermedad y pestes.
La imagen del baku a menudo es mantenida por la cabecera
como un talismán contra malos sueños y espíritus malos.
Quizás es uno de los yōkai más populares desde que los padres les dicen a sus niños que recen para
que baku los proteja en los sueño.
Esta bestia de la mitología
japonesa era la encargada de comerse los sueños de las personas, saciando así
su apetito y permitiendo conciliar el sueño al asustado
soñador............ Cuando alguien
despertaba en mitad de la noche de una pesadilla invocaba a esta entidad
protectora. “Baku kurae!”, que traducido sería “¡Devora, oh Baku, el sueño maligno! ”. Esta frase se repetía por tres
veces para que el Baku se llevase todo el miedo y acabando con la
posibilidad de que la desgracia anunciada en el mundo onírico se realizase
algún día en el real........
Aunque era capaz de hablar con voz humana, el Baku, o también
conocido como el Shirokina Katsukami o Hakutaku, tenía forma de animal fantástico. Algunos dicen que se parecía a un tapir,
pero Lafcadio Hearn, basándose en un
libro antiguo cuyo título no proporciona, asegura que posee cuerpo de caballo,
cara de león, trompa y colmillos de elefante, cola de vaca, frente de
rinoceronte y pezuñas de tigre. Como puede colarse en los dormitorios
atravesando las ventanas, se supone que su tamaño no supera al de una cabra o
un perro grande.
Al principio las funciones de
esta entidad, cuyo origen se encuentra en el folclore chino, eran más amplias.
Su imagen servía como talismán contra la peste y los malos espíritus, y por
ello se esculpía en los montantes de las puertas o se dibujaba en cuadros que
decoraban el interior de las casas. Con
el tiempo fue especializándose en los sueños maléficos, siendo venerado tanto
por campesinos como por nobles. Se sabe que estos últimos colocaban el
ideograma que representa su nombre en las almohadas de sus hijos, quienes así
podían caminar sin miedo por los tenebrosos senderos de las pesadillas.
La mitología japonesa y las creencias en lo sobrenatural han dado ríos y ríos de tinta a la literatura de este país. Japón, además, es uno de los países que cuenta con más seres fantasmales dentro de su imaginario popular.
Según la superstición popular, las pesadillas son causadas por
espíritus malignos. Existe una criatura proveniente del más allá llamada Baku, el devorador
de sueños, que tiene el poder de anular los sueños.
Cuando alguien se despierta en medio de una pesadilla dice: “Devora Baku, devora este mal sueño”.
En el pasado se colgaban dibujos del Baku en las casas japonesas y se escribía
su nombre en las almohadas. Se creía que el Baku, cuando
devoraba las pesadillas, podía transformarlas, incluso, en buena suerte.
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