lunes, 8 de julio de 2019

TAIKO EL CORAZON DE JAPON

Taiko (太鼓) significa gran tambor. Si bien en Japón la palabra hace referencia a cualquier tipo de tambor, fuera de Japón es utilizada para referirse al tambor japonés y al arte de la percusión japonesa o wadaiko (和太鼓).



El taiko es un instrumento que existe en Japón desde la antigüedad y que sus usos a lo largo de la historia han sido variados. Históricamente tuvo un rol de acompañamiento, ya sea en ceremonias religiosas, festividades (matsuri), enfrentamientos bélicos y exposiciones artísticas (teatro tradicional) entre otros.



El wadaiko, o arte de la percusión japonesa tal como se lo muestra hoy en día, es una expresión artística que existe desde el año 1951, creada por el baterista de jazz japonés Daihachi Oguchi, en donde por primera vez los tambores japoneses son utilizados para formar ensambles escénicos y musicales.



Si bien los tambores japoneses han estado en Japón por muchos siglos, por lo que podemos decir que el instrumento es milenario, la manera en que se interpreta el instrumento y el repertorio existente es completamente moderno, y por lo tanto se encuentra en pleno proceso de desarrollo y expansión dentro y fuera de Japón. Si bien recibe importante influencia de las artes tradicionales japonesas, el wadaiko también comienza a verse influenciado por artes nacidas en occidente.

Los tambores taiko, com su propio nombre indica en japonés, son literalmente tambores grandes, aunque hay muchísimos taiko con distintas formas y tamaños. Taiko también puede referirse al estilo de música con estos tambores, de entre los muchos que podemos encontrar, destaca el estilo de Nagado. Para tocar un taiko, se requiere de una «baqueta japonesa», el bachi.

La mayoría de los taikos son de una sola pieza (almenos, el cuerpo principal). Es decir, están labrados a partir de un sólo tronco de árbol. Para la tela, los taikos más grandes requieren toda la piel entera de una vaca frisona.

Bàsicamente, encontramos dos grandes familias de tambores taiko: los taiko sujetados con clavos, y los taiko que sostienen la tela con cuerdas y nudos. La diferencia principal es que, obviamente, los taiko que sujetan la tela con clavos no pueden ser reajustados o reafinados, así que el proceso es muy meticuloso para lograr que produzca siempre el sonido deseado.

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